En el marco del asilo, se trata de una de las soluciones duraderas planteadas por el ACNUR como vía de acceso a una vida digna de las personas refugiadas.
La integración supone un proceso largo, complejo y gradual dentro del país donde se ha obtenido protección, o donde se ha producido el asentamiento. Este organismo internacional destaca tres ámbitos, llegando a culminar con la obtención de la ciudadanía de dicho Estado. Estos son:
Legal: progresivamente, a las personas refugiadas se les otorga un nivel de derechos más amplio, hasta llegar a la equiparación con las y los nacionales del país de acogida. Este proceso culminaría con la residencia permanente, o de larga duración, o con la obtención de la nacionalidad de dicho Estado.
Económico: las personas refugiadas son cada vez menos dependientes de la asistencia del país de acogida y son más autosuficientes, pudiendo mantenerse por sí mismas.
Cultural y social: las personas refugiadas cada vez participan más en la vida social del país de acogida, sin temor al rechazo o a la discriminación, y pueden ejercer sus derechos culturales y sociales.