Matrimonio forzado

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Acto de obligar a la persona a contraer matrimonio en contra de su propia voluntad.

El matrimonio forzado es una de las causas de persecución por motivos de género más comunes alegada por un significativo número de mujeres al momento de solicitar asilo. En este sentido, encontramos que el matrimonio forzado es producto del orden patriarcal en donde prima la autoridad del varón y los derechos fundamentales de la mujer son violados, suprimiendo su libertad y posibilidad de autodeterminación. No se considera a la mujer como “sujeta”  de derechos, con capacidad para regir sobre su propia vida: sino que es poco más que un “objeto” o una posesión que funciona en varias ocasiones como medio de intercambio para los miembros masculinos de su familia y sobre la cual sólo éstos tienen derecho a tomar decisiones respecto a su educación, movilidad, salud reproductiva, entre otras cuestiones.

El matrimonio forzado se convierte en una práctica aún más grave y violenta en el momento en que la mujer muestra una preferencia sexual distinta a la normativa, como es el caso de las mujeres lesbianas. A menudo, las jóvenes que muestran esta preferencia sexual son obligadas por su familia a contraer matrimonio para “corregir” su lesbianismo, dado que no se considera aceptable que éstas sean capaces de desarrollar su sexualidad separada de su papel reproductivo dictaminado por el orden patriarcal.

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Ante esto, generalmente el Estado no brinda ninguna forma de protección, más bien tolera la violencia e incluso la ejerce de forma directa a través de sus políticas y sus leyes. Una de las más graves prácticas estatales consiste en castigar con penas desmedidas a aquellas que intentan escapar. Esto es especialmente relevante en relación al derecho de asilo, puesto que existe una doble persecución que impulsa la huída de mujeres: una ejercida por personas con vínculos íntimos a la víctima y la perpetrada por el Estado.
Cabe decir que a pesar de ser uno de los motivos más citados en las solicitudes de asilo, las mujeres que viven esta situación tienen muy pocas posibilidades de huir fuera de su país para buscar protección, pues su movilidad está extremadamente limitada, ya que normalmente, deben ir siempre acompañadas de un varón de su familia.
Las pocas mujeres que logran escapar y llegar a un ‘país seguro’ encuentran numerosas dificultades en el acceso al derecho de asilo: el desconocimiento del mismo les lleva a no solicitarlo, tienen problemas a la hora de documentar los abusos experimentados y, por otro lado, aún existen una serie de impedimentos para poder reconocer el matrimonio forzado como una razón de peso para otorgar el estatuto de persona refugiada. A pesar de ser una forma de persecución por motivos de género, y constituir una violación grave y sistemática de los derechos fundamentales, que conlleva tratos inhumanos y degradantes que pueden constituir tortura.
 

Bibliografía

  • CEAR-Euskadi (2013): Vivir sin miedo. Comisión de Ayuda al Refugiado en Euskadi, Bilbao.

  • CEAR-Euskadi (2009): Persecución por motivos de género y  derecho de asilo: del contexto global al compromiso local. El sistema de asilo español frente a la violación de los derechos humanos de las mujeres y de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales. Comisión de Ayuda al Refugiado en Euskadi, Bilbao.