Ciudadanía

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El término proviene del latín ‘civitas’, que significa ciudad. Por tanto, la ciudadanía se ha definido como la condición que se otorga al ciudadano o la ciudadana de pertenecer a una comunidad organizada.

La connotación más frecuente está ligada al Derecho, especialmente a los derechos políticos, sin los cuales la persona no puede intervenir en los asuntos del Estado. Desde esta perspectiva, la ciudadaníaequivale al conjunto de derechos y deberes por los cuales las personas se sostienen en su relación con la sociedad en la que viven.

Siguiendo las teorías de Ricard Zapata, la ciudadanía ha sido concebida además de una forma culturalmente homogénea que se ha usado para legitimar un sistema jerárquico en donde el hecho de quienes quedan dentro puedan obligar a quienes quedan fuera a obedecer sus leyes y decisiones.

Histórica y generalizadamente, uno de los requisitos de la ciudadanía ha sido la nacionalidad. De hecho, la mayoría de los Estados de la Unión Europea continúan subordinando la ciudadanía a este requisito.

Sin nacionalidad se priva a las personas de ejercer sus derechos.

Marshall señala que hoy, ser ciudadana o ciudadano de pleno derecho implica “desde el derecho a un mínimo bienestar y seguridad económica hasta el compartir al máximo el patrimonio social y a vivir la vida de acuerdo con los estándares imperantes en la sociedad”.

En este camino, actualmente, los retos sociales y políticos que están generando la globalización y el modelo económico imperante capitalista, han conducido a la denominada ‘ciudadanía global crítica. Este concepto de ciudadanía superala restricción de las formas de participación centradas en el derecho al voto. Las prácticas se amplían a la participación activa de las personas y colectivos en la transformación social, a la reivindicación de derechos y a centrar la acción de la ciudadanía en torno a las necesidades de las personas.

La ‘ciudadanía global crítica’ plantea un modelo que se basa en la plena consciencia de la dignidad intrínseca al ser humano, en su pertenencia a una comunidad local y global. Desde este enfoque, la persona ciudadana es responsable y comprometida, a nivel personal y colectivo, con la transformación de la realidad local y global para construir un mundo más justo, equitativo y respetuoso con la diversidad y con el medio ambiente, en el que todas las personas puedan desarrollarse libre y satisfactoriamente.

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Bibliografía

  • Zapata, R. (2001): Ciudadanía, democracia y pluralismo cultural: hacia un nuevo contrato social. Editorial Anthropos

  • Intermón OXFAM, CIDAC, Inizjamed, UCIDEP: La educación para una ciudadanía global en la escuela de hoy. Documento de posicionamiento.

  • Mujeres en Red - El periódico feminista (2007): ¿Qué es ciudadanía? En http://www.mujeresenred.net/spip.php?article1303