Violencia machista

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La violencia machista se refiere a todas aquellas acciones que contribuyen al  menoscabo sistemático de la dignidad, el estima y la integridad física y mental de las mujeres, niñas y personas con una identidad de género y/o sexualidad distinta a la normativa. Es un tipo de violencia estructural, ya que se encuentra presente en todas las sociedades y todos los espacios sociales, aunque se da en distintos niveles y mediante diferentes mecanismos dependiendo de diversas cuestiones de raza, clase y pertenencia a determinado grupo étnico.

Esta violencia es una expresión de la desigualdad que impone el patriarcado y, a su vez, es el instrumento que garantiza su continuidad. Se arma a través de tres ámbitos: la violencia simbólica, que genera los prejuicios y el ideario; la violencia estructural, con todas las instituciones que garantizan la discriminación; y la violencia material, en todas sus expresiones concretas de violencia directa. Asimismo, es un medio que ayuda a reforzar, legitimar y reproducir la supremacía de “lo masculino” sobre “lo femenino” y sobre todas aquellas identidades de género que no se encuentran circunscritas dentro de estas dos categorías.

La violencia machista que se da en el ámbito privado es una de las más extendidas e invisibilizadas, a pesar de que en los últimos años se pueden encontrar una serie de esfuerzos para identificarla y afrontarla. Suele darse en el seno de la familia o dentro de una relación afectiva, siendo el perpetrador aquel que asume un papel masculino dominante, basando los actos de violencia que comete en este rol. Puede tomar la forma de violencia física, psicológica, económica, laboral y/o sexual.

Así mismo, cabe destacar cómo la violencia machista ejercida contra la población LGTTBI penetra con gran intensidad los espacios sociales y adquiere un fuerte nivel de aceptación, siendo muchas veces ignorada o abiertamente incentivada por las instituciones estatales y por la sociedad en general.

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Todos estos abusos, por ser tan graves y permanentes, son a su vez una de las causas principales que fuerzan la huída de las personas que los sufren, puesto que sus entornos e vuelven inseguros y amenazantes para su vida y seguridad personal, y no cuentan con la protección estatal.
Cuestión que es especialmente relevante en el derecho de asilo ya que una gran cantidad de solicitudes que se generan alegan como motivo principal de persecución diferentes tipos de abusos específicos motivados por la violencia machista. Es así que la mayoría de solicitudes de  asilo presentadas en España por mujeres, señalan que el principal motor para buscar protección fue la intolerable situación de violencia machista en el seno de sus familias. De la misma manera, las personas LGTTBI suelen alegar diversos tipos de violencia, mucho más generalizados e institucionalizados en sus entornos, a la hora de solicitar asilo.

Bibliografía

  • Píkara Magazine (2013): Glosario Feminista. En http://glosario.pikaramagazine.com/inicio.php?lg=es&sec=inicio

  • CEAR-Euskadi (2009): Persecución por motivos de género y  derecho de asilo: del contexto global al compromiso local. El sistema de asilo español frente a la violación de los derechos humanos de las mujeres y de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales. Comisión de Ayuda al Refugiado en Euskadi, Bilbao.

  • Gobierno Vasco (2010): I Plan de Actuación del Gobierno contra la Violencia de Género. Dirección de Atención a las Víctimas de la Violencia de Género del Gobierno Vasco, Vitoria-Gasteiz.